Por Antonio Escobal (músico español)
Desde que empecé a publicar hace muchos años en Hispasonic, recibo un número más o menos constante de consultas privadas que intento atender en la medida de lo posible. Una parte son cuestiones del tipo «qué tarjeta compro por 100 €» que no siempre sé resolver y derivo a los foros. El resto suelen involucrar a las diferencias entre el audio digital y analógico. Por todo ello he querido hacer una pequeña lista de mis 14 «verdades», aunque algunas sean incómodas para muchos:
#1: Una grabación digital y una analógica suenan de forma diferente. Quizás la clave aquí está en saber si esa diferencia es mejor o peor. Grabar en analógico es caro y complejo: requiere buenos músicos (algo no tan abundante), máquinas bien mantenidas (algo caro y poco justificable) y cinta (también es caro). Grabar en cinta tiene ciertas características musicales deseables (por ejemplo, la compresión, la distorsión y el color que agrega, especialmente en la batería y el bajo), pero poco justificables el 99% de las veces. Hace 7 años que no grabo en cinta y no lo he echado NUNCA de menos. Últimamente hay un «revival» con los plugins simuladores de cinta que devuelven ese color, pero…
#2: Los efectos digitales de simulación de distorsión no suenan iguales que los analógicos. Dicho esto, declaro que una versión digital bien hecha es prácticamente indistinguible, aunque requiere de grandes cantidades de proceso, y estas diferencias son incluso menos notorias en una mezcla. Hay por ahí un artículo de una revista Electronic Musician (http://www.emusician.com/techniques/0768/showdown-at-the-clubhouse–amp-software-vs-amps/141292) en el que retaban a ingenieros/productores/guitarristas a diferenciar una guitarra procesada digitalmente del sonido del amplificador simulado. El resultado es sólo se podía diferenciar el 38.5 % de las veces, lo que es, básicamente, indistinguible.
#3: Los filtros digitales no suenan iguales los analógicos. Gracias a mi afición a los sintetizadores, tengo una buena colección de instrumentos analógicos y digitales que permiten filtrado de señales externas y también algunos filtros externos y cada uno tiene su color único. Por otro lado, tengo la mayoría de los plugins de filtrado disponibles y difícilmente tienen el mismo carácter, por lo que tengo tiendo a complementarlos con saturación o distorsión.
#4: Pro Tools es el estándar mundial para el intercambio de sesiones. No es la cinta, no lo es Nuendo, ni Logic, ni Cakewalk y no depende del país en el que estés. Muchos de vosotros sabéis que soy gran defensor de Nuendo (en Mac), pero, como indiqué en un artículo anterior, siempre tengo Pro Tools a mano y me acompañará durante muchos años. Obviamente, si quieres llegar a algún lado en el mundo del audio, es conveniente manejarse un poco por Pro Tools.
#5: Una mezcla a 96 Khz no suena como una a 44.1 Khz. Muchos instrumentos musicales tienen contenido espectral fuera del rango de audición humana (establecido en 20 Hz-20Khz, y, aunque hay personas que pueden llegar a 25-30 Khz, la gran mayoría no supera los 18Khz). Son frecuencias que, aunque puedan percibir auditivamente, muchos afirman que se pueden sentir corporalmente. Segun Nyquist, para representar digitalmente un rango de frecuencias, hay que usar una frecuencia de muestreo que multiplique por 2 el valor más alto, lo cual nos da 40 Khz, o, según el diseñador de conversores Dan Lavry 70 Khz (que es para él la frecuencia óptima de muestreo). En teoría, 44.1 Khz deben ser suficiente, pero hay que tener en cuenta el necesario filtrado en los conversores. Trabajar a 88.2/96 Khz hace que éste sea menos obvio que a 44.1 Khz, aparte de aumentar considerablemente el ancho de banda. Trabajar a estas frecuencias de muestreo tan altos provoca que el procesado digital requiera de, al menos, dos veces más proceso. Tampoco los efectos y sintentizadores actúan igual a altas frecuencias, siendo corriente ver cómo a 88.2 y 96 Khz generan menos «aliasing». Conscientes de esto, algunos fabricantes usan «oversampling» para mejorar su respuesta a frecuencias más humanas (o menos de murciélago). Por otro lado la mayor parte del legado musical clásico ha sido grabado en cinta y procesado con equipo analógico que no era caracerístico, precisamente, ni por sus tasas de bajas de ruido ni por su gran ancho de banda, lo que hace que el oído humano se sienta muy cómodo sin ese brillo extra. En mi opinión, la diferencia sonora no justifica la sobrecarga de proceso (sobre todo porque el 99% de las veces se suelen filtrar los sonidos tanto por arriba como por debajo), así que casi siempre trabajo a 44.1/48 Khz y 24 bits, usando una mezcla de hardware externo y software de alta calidad y, hasta ahora, nadie me ha negado un premio por ello.
#6: Usar dithering no hace que el audio suene mejor. En algunos foros sobre audio profesional de habla inglesa se han hecho pruebas de «doble ciego» y la sorpresa ha surgido cuando la mayoría de la gente prefería el audio sin el efecto de dithering aplicado. Puede ser que fuera este el caso en un ejemplo concreto y que en otro no funcione igual de bien, pero esto me recuerda el principio fundamental del audio profesional:
#7: Si algo suena bien, está bien. Aquí no hay discusión alguna.
#8: La presencia de una válvula no garantiza que afecte al sonido. Las válvulas requieren alto voltaje para desarrollar su verdadero color. Que un equipo tenga una válvula iluminada por un led, no significa que esté aportando nada al sonido.
#9: Una mesa de mezclas analógica no suena igual que la suma digital de cualquier software. La diferencia sólo es obvia cuando se fuerzan los niveles, pero apostaría a que nadie es capaz de distinguir una mezcla digital de una analógica si se ha hecho correctamente. El difunto Roger Nichols, y uno de los más respetados ingenieros de sonido de los últimos años, lo declaraba abiertamente en un artículo para la revista inglesa Sound On Sound (http://www.soundonsound.com/sos/jun06/articles/rogernichols_0606.htm) que suscribo. Yo llevo muchos años sin mezclar nada en analógico y, honestamente, no lo hecho de menos salvo por la experiencia de tener un botón para cada cosa.
#10: La mayoría de los ecualizadores digitales suenan iguales. Sí, esta es otra verdad que va a hacer temblar a muchos. En digital sólo hay tres tipos de ecualizadores: paramétricos (PEQ), paralelos y de fase lineal. El 99% de las EQ digitales, desde las incluídas por defecto en Cakewalk hasta la más exotérica de Softtube, son del tipo PEQ, o, en algunos cosas, del tipo PEQ+algo, donde ese algo puede ser algún algoritmo de saturación. La única diferencia notable entre ellas la forma de gestionar los rangos, Q e incluso la interación entre bandas y parámetros, lo que hace que muchas no sean directamente equivalentes. Yo debo tener 40 plugins de EQ y al final acabo usando 4 o 5 que, por su algo extra o su configuración paritcular de las bandas, son más óptimas para el resultado que busco. No tenéis porqué creer mi palabra: tenéis algunos gráficos y algo más de información en http://rhythminmind.net/1313/?p=361, así como el método para comprobarlo vosotros mismos.
#11: La suma digital en TODOS los programas de mezcla es idéntica, menos los basados en DSP externo. Este tema ha generado en Hispasonic uno de los hilos más apasionados que recuerdo: algunos dicen que Samplitude suena mejor que Cakewalk, otros que el que mejor suena es Pro Tools HD, y otros Nuendo. En el dominio digital, la suma de señales es eso, una suma, y no hay otra forma de hacerla. Punto. La diferencia más grande está en el manejo de los números y en esto sólo hay dos tendencias: coma flotante y enteros. No voy a ponerme filosófico, puesto que la mayoría no tienen conocimientos avanzados de matemáticas, pero resumiéndolo mucho, las DAW que funcionan en coma flotante (todas menos las que usan hardware externo para sumar, como Pro Tools HD/TDM o alguna versión de Pyramix) tienen resolución prácticamente infinita en cada canal EXCEPTO en el master, que está limitado por la resolución del motor de audio (típicamente 32 bits enteros). Esto significa dos cosas: que el audio sólo va a saturar en el master y que TODOS los motores de suma son iguales. En los sistemas basados en DSP esto se hace mediante números enteros, en el caso de Pro Tools 48 bits, aunque esto ha cambiado en la nueva versión. Invito a cualquier de los presentes para que me demuestre de forma empírica que no tengo razón (no me vale el «a mí me suena mejor»).
#12: Una mezcla ITB (in the box=100% digital) puede ser tan buena como una OTB (out of the box=analógica o híbrida). Para el dueño de un estudio que ha invertido miles de euros en costosísimo y bonito material analógico esta afirmación puede ser tan grave como hablar mal de su santa madre, pero hoy en día las herramientas disponibles digitalmente permiten desarrollar mezclas con la misma «calidez», «profundidad» y cualquier otra palabra que quieras usar para describir una mezcla analógica. La GRAN diferencia es que…
#13: Conseguir que una mezcla ITB suene como una OTB requiere MUCHO más esfuerzo y talento. Como he comentado antes, el sonido de los discos de nuestra niñez (para todos los mayores de 20 años) es analógico y es lo que tenemos en nuestro ADN musical. Un sistema digital puro o híbrido sin sumador no tiene un sonido definido: esto es bueno porque puedes conseguir el matiz que quieras, pero requiere que el ingeniero de mezclas sea muy experimentado, porque…
#14: No hay plugin o equipo analógico que vaya a hacer que mezcles mejor, porque, para nuestra desgracia, la calidad del ingeniero de mezclas depende del talento y de la experiencia y el talento no es tan abundante y la experiencia se mide en años de trabajo.
Fuente: http://www.hispasonic.com/blogs/14-verdades-incomodas-sobre-audio-analogico-digital/37179