Por Marcelo Cotton (*)
El taller de crónicas sonoras en forma presencial iba a comenzar a principios de abril. La irrupción de la pandemia obligó a todo el mundo a suspender sus planes en forma indefinida. Pero resulta que esa interrupción de la presencia del cuerpo del otro, además de reemplazarse (o intentarlo) por la virtualidad, también se vio suavizada con la posibilidad de la escucha del otro.
Los mensajes de voz por whatsapp -fundamentalmente- se convirtieron en una herramienta básica y necesaria en el transcurrir diario. No sólo para comunicarse con familiares y amigos, también para compartir información esencial (o no tanto), para compartir vivencias, sensaciones y pensamientos sobre lo que estamos viviendo que, me animo a decir, nos ayudaron -y nos ayudan- a construir y reconstruir permanentemente el sentido de la vida en el marco de la incertidumbre feroz que se nos presenta sin reparos en este tiempo pandémico.
Escuchar las voces, lo que comunican con sus tonos, sus respiraciones, sus pausas, sus palabras… Escucharlas en sus entornos sonoros que también nos cuentan de lo que atraviesan. Escucharlas un día de un modo y al otro día de otro distinto… se ha transformado en el recurso por excelencia de comunicación humana en el marco del confinamiento. Las redes sociales, por el contrario (con sus imágenes y videitos) suelen mostrar una cara amable y sin sobresaltos. Sin embargo el audio, la voz, con todas sus inflexiones y matices, comunica desde un adentro más genuino. El audio en este contexto, se convierte en una excelente herramienta de comunicación al alcance de la mano (el teléfono) que, bien usado, explotando sus posibilidades, nos permite contar en primera persona el transcurrir vivencial de este tiempo en el que somos víctimas de un sacudón sin precedentes. No hay noticias ni primicias capaces de llegar a informar sobre tal acontecimiento que pasa dentro de las vidas de los principales protagonistas -cada uno de nosotros- de la «realidad».
El taller de crónicas sonoras´se convirtió en virtual no sólo por imposibilidad de hacerlo de otro modo, sino también como forma establecer un vínculo de comunicación que nos permitió llevar el mensaje de voz del whatsapp o la videoconferencia varios escalones arriba. Generando crónicas sonoras que nos llevan por un recorrido sensorial y, a su vez, nos empujan a reflexionar sobre nosotros, nuestro lugar en el mundo, los recuerdos, lo que vendrá y este presente sin precedentes que será recordado quién sabe cómo. Pero siempre a través de una crónica.
(*) Marcelo Cotton es el facilitador del taller de Crónicas sonoras, es director de Narrativa Radial, guionista, periodista, dramaturgo y productor de radio.