Por Mauro Yakimiuk.
Posiblemente se lo pueda definir como un historiador de los medios de comunicación y sin ninguna duda su experiencia en ellos influyó para que pudiera escribir la cantidad de libros que tiene en su haber como “Dìas de radio”, “Paren las rotativas” y “Estamos en el aire”. Por eso, Ulanovsky nunca abandona su mirada atenta hacia la actualidad de la televisión y la radio argentina, de cuyas historias también es parte.
¿Cuáles fueron sus primeras experiencias en radio?
Lo primero que hice fue con Silvia Rudni en una viejísima etapa de radio Municipal, cuando estaba en el subsuelo del Teatro Colón. Ahí, en el ’68, ’69, hicimos un programa que se llamaba Jarabe de pico, para darnos el gusto. Lo hicimos un par de años, mientras duró esa gestión de la radio, y después lo dejamos, nos aburrimos. Lo segundo fue un programa que hicimos con Alejandro Dolina y Mario Mactas que se llamabaMañanitas nocturnas. Fue muy curiosa esa experiencia, primero porque fue la primera participación de Dolina en radio, pero además porque iba dentro de un programa grande que se llamaba Clin caja. Era una época maravillosa, a comienzos de los 70, en la que yo trabajaba además en La Opinión y Satiricón. La recuerdo como una de las épocas más felices de mi vida.
¿Qué recuerdos le vienen a la cabeza de esa época?
En La Opinión me divertí mucho. Yo trabajaba en Cultura y Espectáculos y Jacobo Timmerman me dijo: “Quiero que hagas radio y televisión como si hicieras cine o teatro, te sentás a escuchar radio y te sentás a mirar televisión”. Y ésa fue una de las razones por las cuales pude hacer los libros que hice. Los sábados íbamos todos a reunirnos en el séptimo piso del diario, que era una peña; ahí el Gordo Osvaldo Soriano nos mostró los primeros capítulos de “Triste, solitario y final”. Había un plantel de gente extraordinaria, fue muy lindo ese lugar para trabajar. .
Volviendo a Alejandro Dolina, ¿cómo fue trabajar con él en aquella época?
Ya en ese momento Dolina era un tipo de un talento extraordinario, de esas personas nacidas para la radio. Le dabas un hueso y con eso hacía un puchero. Él hacía un personaje que se llamaba Gómez porque era la época en que empezaron a ponerse de moda los móviles en las radios. Cacho Fontana tenía 1500 movileros con auto, equipados, recorriendo la ciudad; uno de ellos era Magdalena Ruiz Guiñazú. Y entonces para parodiar, para satirizar esa cosa de los movileros inventamos el personaje de Dolina, que era el movilero Gómez. Lo mandábamos a todos lados y el tipo hablaba desde café de la esquina. Un atorrante, pero era maravilloso lo que hacía. Hacíamos sketches de 10 o 15 minutos y era todo improvisado, lo nuestro y lo de él. .
Hablemos acerca de la radio actual. ¿Por qué hay tantos columnistas en los programas?
Quizás porque el formato que se impuso es el magazine, que es como una revista, que lo admite todo. Entonces el magazine te permite tener un poco de política, un poco de deportes, un poco de espectáculos, un poco de economía, etcétera. Es una radio colmada de especialistas, en parte porque los especialistas cuestan menos. Un columnista que quizás tiene participación en varios programas de radio, no cobra tanto. .
¿Le influyó a la radio la aparición de tantos canales de noticias?
Sí, los canales de noticias influyen decisivamente porque en todos los estudios de radio hay por lo menos uno o dos televisores encendidos sintonizados en canales de noticias, y eso marca la agenda de la radio. En mi último libro, “Siempre los escucho”, dedico un capítulo al tema que se titula “La radio ‘televisión-dependiente’”. Esa dependencia absoluta de la televisión es muy mala para la radio porque le quita identidad. La mayoría de los que trabajan en radio también lo hicieron en televisión y eso le quita posibilidad de magia al medio radiofónico. La gente antes escuchaba un radioteatro y se imaginaba a los protagonistas y recién podían verlos si salían en alguna revista o en algún teatro cuando hacían giras. Pero ahora no hay nada para imaginarse, casi todos aparecimos en televisión, la gente nos conoce. .
¿La investigación periodística en radio está en extinción?
Sí, especialmente en radio porque cuesta mucho todo, implica más gente, más horas de estudio, más despliegue, es decir, más dinero. Está en extinción lamentablemente, es una deuda que la radio actual tiene con sus oyentes porque prácticamente se basa en lo que dicen los diarios. Lo que sí creo es que hay gente más inteligente y con estilo personal en la radio que en la televisión; eso en algunos aspectos la salva de ser superficial. Por otro lado, la radio es la primera en empezar a hablar como habla la gente, como se habla en un bar, en una esquina, en un trabajo. La radio no es superficial, lo que a veces tiene es cierta banalidad: es muy veloz, muy sintética, lamentablemente hay que decirlo todo en no más de dos minutos. Pero bueno, son exigencias del lenguaje. Así como en la gráfica vos te podés expandir, en la tele y en la radio hay que sintetizar. .
¿Qué opina de la nueva camada de conductores de radio, como Andy Kusnetzoff o Matías Martin?
Todos tienen cantidad de valores. Algunos me gustan mucho, me parecen imaginativos, audaces y escucho con mucho agrado sus programas. Igualmente, el último gran fenómeno de la radio fue Fernando Peña, extraordinario. .
Ahora vayamos a la televisión. ¿Por qué piensa que se recicla tanto material de los otros programas?
Por cuestiones económicas, tiene que ver con costos. Es mucho más fácil ir a revolver el avispero de los archivos que hacer cosas propias. Son programas muy baratos, después se verá con cuánto ingenio se resuelven. Y una cosa curiosa que no pasa en ningún otro país, sólo en Argentina, es que no se cobran derechos por la utilización de materiales que en realidad pertenecen a otras personas y que originalmente fueron creados para otro fin. Acá a nadie se le pasó por la cabeza establecer un canon, que no sea una barbaridad pero que se pague. Eso es lo que pasa en Estados Unidos o en Europa, si utilizás materiales de otras personas sin permiso te hacen juicio. .
¿Cuál es motivo de la aparición de tantos mediáticos y personas desconocidas para los medios de comunicación?
No creo que sea un tema de costos en estos casos, sino que hoy la televisión es un escenario en el que se plantean muchas cosas que antes estaban vedadas. Diez o quince años atrás era impensable imaginarse que una prostituta, un alcohólico o alguna mujer golpeada se iban a presentar de frente a las cámaras, siempre se presentaban de espaldas a la cámara. Hoy todos dan la cara. Así como se ha desregulado el lenguaje, también se ha desregulado ese tipo de presencias. La televisión está muy entregada al impacto inmediato, a lo que se pueda conseguir en un minuto; luego se verá, y si eso rinde en términos de rating, mucho mejor. .
Esta nota fue extraída parcialmente del Blog de entrevistas: www.entrevidas.blogspot.com.
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