La radio: el dial se reinventa con las nuevas tecnologías.

En la era de los programas televisados, del oyente vía WhatsApp y Twitter, el éter se recicla. Por día, hay más de 6 millones de radioescuchas sólo en Buenos Aires.

Por Marina Zucchi (Fuente: Clarín.com)

Ponga una rana viva en una olla con agua, a calentar despacito: morirá. En cambio, ponga una rana viva en una olla con agua hirviendo: la rana saltará y escapará. La parábola de la rana hervida hoy le calza justa a la radiofonía argentina. Sin amenaza aparente, la radio podía ir camino a su muerte, agonizando entre cambios imperceptibles. Con la amenaza de la multiplicada televisión, de la infinita Internet, de Twitter y tantos otros chiches de distracción, la radio va camino a no morirse: se las tiene que ingeniar para incluir a todos esos medios, servirse de ellos, sacar ventaja y no perder identidad. El sospechado enemigo es, finalmente, el agua efervescente, el despabilador que la resucita. La radio, como una rana en la era del WhatsApp.

El viejo cuentito de la muerte de la radio no tiene dónde encontrar sustento ahora. Si hasta el peor pecado ya se cometió: la imagen de radio se develó en programas que televisan la radio en vivo (o incluso los ciclos pueden oírse y verse vía Internet). Nada pasó. Con menos o más auspiciantes, con programación fresca o calcada de los ‘50, el dial tiene su vida intensa. Según IBOPE Media, cada día, más de 6.500.000 personas escuchan radio (AM y/o FM) sólo en Buenos Aires. Lo dice el conductor en actividad con más radio “en el lomo”, Héctor Larrea (Nacional): “La radio es eternamente necesaria. ¿Cómo llenaría el vacío el tipo de campo que va en su tractor? La necesitamos los hombres que nos afeitamos cada mañana. Si prendiésemos el televisor, nos cortaríamos”, se ríe. “Auguro longevidad a la radio, el teatro de la mente. Vos le ponés la ropa que querés a la cara que quieras”.

Dejándonos llevar por la argentinidad al palo, un pequeño estudio publicado por la organización NOP World Culture Score, marca que los argentinos estamos en la cima de la pasión por la radio, por sobre los demás países. Dedicamos 20 horas y 48 minutos semanales al acto de prestar el tímpano al aparatito. Y los que abandonaron “la cajita feliz”, se refugian en las emisoras por Internet: unos 3,6 millones de argentinos sintonizan radio por la web (algo así como todo Córdoba prendida a la radio por computadora). “Mi hija me escucha todos los días desde Oslo”, suelta Larrea, 53 años de aire. “Cada vez que viene algo nuevo, dicen que la radio se nos muere. ¿Con Internet se murió? No, extendió fronteras. Mi voz va más que a Berazategui. Me escuchan desde donde quieran”.

Para Marcelo Longobardi, líder del dial por las mañanas con Mitre (Cada mañana, de 6 a 10), las nuevas tecnologías son “un complemento fenomenal, pero un complemento al fin”. En sus comienzos, en El Mundo, allá por 1986, Juan Carlos Mesa “ponía al aire efectos especiales, a cargo de un señor cuyo aparatito mecánico emitía sonidos”, recuerda. “Eso fue reemplazado con un stock de efectos especiales en una computadora, pero en esencia la radio es lo mismo. Lo sustancial, la relación con el oyente, no ha cambiado. El pase con Jorge Lanata, que se ve por HD, al principio me parecía raro. Ya me acostumbré, pero soy ortodoxo en ese sentido: ver radio no es radio”, dice. “Las redes sociales, las nuevas plataformas, retroalimentan, no reemplazan. La radio sigue teniendo por sí sola fuerza. En la Argentina está muy vigente incluso la AM. No hay perspectivas de muerte de la radiofonía. Un caso es el nuestro: Mitre hoy es fenómeno de rating, de explosión”.

Casos puntuales que retratan este nuevo éter invadido de parafernalia tecnológica: Los futboleros, por ejemplo, ya están acostumbrados que de lunes a viernes, de 19 a 21, lo que pasa en Radio del Plata pueda verse en TV, en dúplex con el canal Fox Sports. Lo mismo pasa con gran parte de la programación de Radio 10, que se ve en dúplex por C5N. No importa que el viejo estricto código de la no-imagen se rompa. Es más, para muchos la gracia es “romperlo”. Vorterix, por su lado, tiene una cuenta de Instagram con más de 11 mil seguidores ávidos de ponerle imagen al detrás de escena.

El parámetro de oyentes activos ya no es el teléfono. El martes, por ejemplo, el día de la muerte de Pepe Eliaschev, más de 6.000 oyentes lo despidieron conmocionados en el Facebook de Radio Mitre. El Facebook, incluso, como un recurso de animarse aún más a participar que por teléfono. El Skype (sistema de llamado gratuito) es otra fuerte forma de conexión. Jey Mammon (Radio Pop), por ejemplo, recibe a sus oyentes por esa vía, los ve por camarita y luego esos videos pululan por YouTube.

Más: en emisoras como Radio 10 o FM One (ex TKM), se habilitó un WhatsApp especial en el que la gente escribe su mensaje. Y a todo se suma “lo que no se ve”: “Hay que pensar que hoy decenas de personas de la radio trabajan en contenidos que no son estrictamente los del aire, sino las redes y todo lo otro que conecta a la radio con quien no está escuchando en ese preciso instante”, explica Diego Poso, de La 100. Del Plata (AM 1030), por ejemplo, tiene a tres personas abocadas a ‘tuitear’ 24 horas desde la cuenta de @radiodelplata.

Que Hashtags, que Trending Topic, que retuiteos y favoritos. La red del pajarito ha logrado pescar oyentes desprevenidos, que prenden veloces la radio cuando leen, por ejemplo, un anuncio inmediato de entrevista. El mismo poder complementario tienen las páginas web de cada emisora, inundadas de audios para volver a escuchar lo mejor del día.

Quizás en 2050 la radio sea una voz que sale desde ningún lado. Quizá cambien los soportes, pero nada la hace pensar moribunda. Larga vida a la radio.

 

Perlitas de las radio en la era digital

–El 30% de la audiencia de radios por Internet en la Argentina lo tiene Cienradios (cienradios.com, el portal que tiene alternativas para cada gusto musical, desde clásicos del pop latino, a ópera y reggae). Cada mes, 2.600.000 personas visitan esa página que incluye un menú de 500 propuestas, sin necesidad de registrarse. Cuando uno entra a la página puede saber qué canción está sonando en cada una de las 500 radios.

–La página www.venganzasdelpasado.com.ar atesora todos los archivos de audio de Alejandro Dolina en MP3 del programa de radio “La venganza será terrible” (0 a 2, Del Plata). Un trabajo casi artesanal realizado por fans del conductor. Para los que duermen a la medianoche, en la web de Del Plata se puede escuchar el programa entero de la noche anterior (www.amdelplata.com).

–Si hay un portal de vanguardia es el de Vorterix. (www.vorterix.com). Con gran diseño audiovisual, cada entrevista tiene su correspondiente audio. De primera.

–Aunque los celulares sólo tienen FM, hoy se puede escuchar AM en un teléfono con conexión a Internet. Entrando a las “tiendas”, se bajan las aplicaciones de algunas emisoras. La de La Red tiene 100 mil descargas. Radio 10, 50 mil. Continental, 10 mil.