El taller de crónicas sonoras de Narrativa Radial -coordinado por Marcelo Cotton- durante el 2020 se realizó, debido a causas de público conocimiento, enteramente en forma virtual. Fueron 8 encuentros por ZOOM a través de los cuales se recorrieron distintos aspectos del periodismo narrativo aplicados al lenguaje sonoro.
«Fue un taller muy productivo y enriquecedor», dice Marcelo Cotton. «Cada semana había un nuevo desafío, un nuevo objetivo que empujaba a los participantes a agudizar la observación, la percepción y la sensibilidad para narrar lo que sucede pero no es visto como noticia en los medios».
Los participantes provienen de distintos lugares (centro y sur de Argentina, Chile y Perú) y tenían más o menos acceso a las herramientas tecnológicas. Esa variedad no fue un obstáculo, si no todo lo contrario. «Con la grabadora del celular se pueden crear mundos, si comenzamos a incorporar el concepto del sonido -que incluye el silencio, el ambiente, las intenciones de nuestra propia voz, etc.- en el relato», subraya Marcelo Cotton.
Así cada participante generó un relato propio en cada encuentro. «El puntapié inicial fue conectar con la riqueza de la subjetividad. Y es a partir de apreciar el valor de la propia mirada sin prejuicios que se promueve la empatía y la identificación en la escucha, que se establece un puente de comunicación cuyo eje es la vivencia de los hechos, no los datos ni las opiniones. Que se atraviesa el relato de la realidad a través de la perspectiva de la vida cotidiana que tiene más de común, de comunión, de horizontal, que el periodismo convencional».
Aquí presentamos apenas un relato elegido por cada participante de lo que fue su producción en el marco del taller realizado entre agosto y noviembre de 2020, donde confluyen crónicas en primera persona y en tercera. Cada una con un diferente punto de partida y utilizando distintos recursos, pero todas con el énfasis puesto en descubrir la propia mirada. En definitiva, desafíos diversos atravesados durante el Taller de Crónicas Sonoras que vale la pena escuchar, disfrutar y compartir. Porque las ganas de contar también se contagian.
Gracias a cada participante, por su dedicación y confianza para caminar juntos este recorrido. ¡Vamos por más!
«A la luz de la cuarentena»
Un momento suspendido en el tiempo entre la aceleración de un mundo desesperado por el alerta del COVID.
Autor: Cristóbal Rojas (Santiago, Chile)
«Marionetas viajeras»
Un espectáculo de miniatura que se inmiscuye en el adormecimiento cotidiano para hacernos despertar.
Autora: Patricia Leonardi (Buenos Aires, Argentina)
«El piloto del reino»
El agua del mar dejó de tener gusto salado. Y eso apenas fue el principio.
Autor: Rubén Martínez (Buenos Aires, Argentina)
«Irreversible»
El sinsentido. El dolor. El vacío. 12 letras y nada vuelve a ser igual.
Autora: Cecilia Delloro (Neuquén, Argentina)
«El olivo»
Un árbol que da sentido a un pueblo.
Autor: Mauricio Irigoyen (Colón, Entre Rios, Argentina)
«Los tesoros de la monja»
La hermana que hace «milagros» en el penal.
Autora: Karla Velezmoro (Lima, Perú)
«La operación»
O cómo se recuerda la fragilidad cuando se es niño.
Autor: Pablo Antiao (Neuquén, Argentina)
«La circulera»
Un lugar para jugar eternamente.
Autora: Cecilia Sosa (Buenos Aires, Argentina)
«Un sueño de verdad»
Una historia sobre la nebulosa zona entre la representación de un suceso irreal al estar dormido y la realidad.
Autora: Florencia Páez Andrada (Neuquén, Argentina)